Las mujeres fomentaron el intercambio cultural en Europa hace 4.000 años

Al final de la Edad de Piedra y principios de la Edad del Bronce, las familias se establecieron de una manera sorprendente en el Lechtal, al sur de Augsburgo (Alemania). El análisis genético, isotópico y las evaluaciones arqueológicas de los restos de 84 individuos hallados en esa zona indican que la mayoría de las mujeres provenían de fuera, probablemente de Bohemia o Alemania central, mientras que los hombres generalmente permanecían en la región de su nacimiento.

Este patrón, llamado patrilocal, combinado con la movilidad femenina individual, no fue un fenómeno temporal, sino que persistió durante un período de 800 años durante la transición del Neolítico a la Edad del Bronce antigua.

Los hallazgos, publicados en la revista PNAS, son el resultado de una colaboración de investigadores de varios centros alemanes dirigida por Philipp Stockhammer de la Universidad de Munich.

Además de los exámenes arqueológicos, el equipo realizó un estudio de los isótopos estables y un análisis de ADN antiguo. “La movilidad individual fue una de las principales características que definió la vida de las personas en Europa central, incluso en el segundo y tercer milenio”, afirma Stockhammer.

Los científicos sospechan que desempeñó un papel importante en el intercambio de objetos culturales e ideas, que aumentó considerablemente en la Edad del Bronce, y a su vez promovió el desarrollo de nuevas tecnologías.

Extracto del originl publicado en Agencia Sinc.

 

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